
Con un viento suave llega a mi, se esconde entre mis piernas, la dejo descansar, las mañanas con sol me agradan, pero no tanto como los insectos brillantes, esos que suben una y otra vez, quisiera no dejar de verlos brillar entre los jardines retorcidos que haces florecer. Me siguen subiendo las reices, mi falda también lo hace, se sienten cosquillas pero no me dejan reír.
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